martes, 24 de febrero de 2009

Agente Naranja


Leyendo hoy el periódico (uno de los tantos periódicos que son repartidos gratis diariamente en la calle y en los buses españoles) recordé que hoy empiezan las llaves de octavos de final de la Champions con un gran partido: Olympique de Lyon contra el F.C. Barcelona. Estaba pensando en eso y buscando la hora a la que se va a desarrollar dicho partido y me topé con otra noticia sobre la supuesta creación de una tarjeta naranja como amonestación en el fútbol.

Al parecer, es una medida que está cobrando fuerza para su implementación en el fútbol italiano y que sería una combinación de sus hermanas roja y amarilla tanto en colores como en sanciones: la flamante nueva tarjeta obligaría al jugador castigado a abandonar el terreno de juego por algunos minutos para situaciones en que, a juicio del árbitro, “una roja es excesiva y una tarjeta amarilla poco severa”, según palabras del mismísimo Pierluigi Collina, colegiado de gran trayectoria y considerado como de los mejores de los últimos años.

Ahora, ¿Qué tanto podría afectar esto al fútbol como lo conocemos? Pues, en los últimos años se han promulgado nuevas leyes en el campo de juego (tales como que el arquero no puede coger el balón con las manos luego de un pase de un compañero o la de los dichosos seis segundos) con relativa adaptación, pero ¿podría ser este cambio acogido tan rápidamente siendo las tarjetas amarilla y roja un elemento propio del fútbol desde los inicios de este? Asimismo, ¿no equivaldría este nuevo castigo al tiempo que un jugador, tras un golpe, permanece fuera del campo siendo atendido? ¿Cómo se determinaría el número de minutos? ¿Cuáles serían las sanciones post-partido aplicables con estas tarjetas? Muchas son las preguntas por responder.

Según el artículo, la FIFA va a analizar en esta semana si introduce o no esta nueva sanción. Esperemos que logre discernir, en su decisión, de las ventajas de permitir el ingreso de las nuevas tecnologías en el campo de juego de las ‘ventajas’ que traería consigo un cambio tan fuerte a la esencia histórica del fútbol.

Comentarios y opiniones son bienvenidos. Muchas gracias por leer. Saludos desde Andalucía.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Aventuras de un Homo futbolisticus en Europa (I)

Por Luis Gómez Villavicencio
Corresponsal desde Málaga, Andalucía, España.

Ante todo, me disculpo por la nula producción de posts que he tenido en los últimos meses, ya van a ser casi tres meses del último artículo publicado. Doy fin a esa sequía con este post (no sin antes mencionar que el título del mismo fue inspirado en un post del blog de mi buen amigo Ben).

Ahora sí, goles suenan a la distancia. El deporte que mas amo en el mundo me ha traído lejos de mi tierra hasta España donde momentáneamente me encuentro de intercambio universitario por dos meses. Entre las varias cosas que tengo por hacer me estoy dando un tiempo para poder reseñar ciertos temas que como observador de fútbol no puedo dejar pasar ni dejar de expresarlo en este blog.


El juego informal, presente

Me encuentro viviendo en una habitación en una residencia universitaria. Es bonita, mi ventana da a un parque y cuando amanece entra el sol por la ventana y cae directo a mi cama fregándome el sueño que llevo a espaldas por acostarme todos los días de madrugada por conversar con gente en Lima con 6 horas de diferencia. Asimismo, la residencia tiene una piscina (inútil en medio del invierno europeo) y una cancha de basket lo cual no ha sido traba para que también se pueda jugar fútbol.



Nótese la maceta del fondo haciendo las veces de palo formando el arco junto con el poste del aro de basket


Tras comentarle al compañero del cuarto de al lado que me gustaba jugar fútbol, me llamaron una mañana para jugar y vi como se improvisaba una pequeña cancha de fútbol, suficiente para jugar tres contra tres (tipo comercial Nike) y pasar un buen rato. Me divertí mucho y me di cuenta que, así como los latinos tenemos la costumbre desde pequeños de armar espacios poco usuales y ponernos a pelotear, en Europa se da el mismo curioso fenómeno que ya sospechaba desde que en la película ‘Gol’ Glen Foy le dijo a Santiago: ‘Mira, tenemos dos chaquetas y un balón. No necesitamos nada más.’ Frase poco usual, pero muy cierta.

Una buena primera visita

Anoche tuve la oportunidad de, por primera vez en mi vida, visitar un estadio europeo: La Rosaleda, estadio hogar del Málaga Club de Fútbol. Curiosamente no fui a presenciar un partido del Málaga (los precios de los partidos de dicho club no bajan de 35 euros para el rival menos reconocido, ni de los 90 para oponentes de mayor envergadura) sino de la Selección Sub 21 de Inglaterra versus la de Ecuador. Aproveché que estaba 12 euros para cualquier zona del estadio y escogí una buena, sin saber que iba a estar en medio de la barra inglesa y más abajo estaba la ecuatoriana.

La mejor foto que pude tomarme. Ni pregunten como estan las otras


De todas formas, aparte de ver el encuentro, me pude dar cuenta de la idiosincrasia futbolística del hincha europeo y como viven ellos el partido (aparte de tomar cerveza, bebida que sí está permitida en estadios europeos) entre otros detalles. Fue muy interesante y el partido muy bueno con victoria 3-2 de Ecuador para alegría de los residentes ecuatorianos en Málaga; por su parte, los ingleses podrán sacar la cara cuando los mayores enfrenten en unas horas a España en Sevilla que queda acá también en Andalucía.

Finalizo este post con la promesa de seguir escribiendo mis futuras observaciones futboleras en tierras europeas ahora reflexionando sobre su realidad y comparándola, por cruel que pueda parecer, con la de nuestro fútbol allá en el buen Perú.

Muchas gracias por leer. Saludos, nos vemos.