jueves, 31 de julio de 2008

Un partido imaginario: el Winning Eleven

De cómo el popular videojuego se ha convertido en parte importante de las vidas de aficionados al fútbol. Un agradecimiento a Manuel Silva por la sugerencia para el título del post.

Hace unos cuantos días me pasaron la voz de una pichanga convocada por gente de mi promoción en un rencuentro futbolístico después de años. Lamentablemente, en dicho partido corroboré, una vez más, algo que ya sabía desde hace varios años pero que nunca he querido admitir: Luis Gómez no es el mejor jugando al fútbol. Y es que en el terreno de juego soy un hijo de volante de contención con chispazos de delantero y arrebatos de volante creativo que frecuentemente termina tapando. El resultado: pasar a ubicarme como lateral izquierdo, lugar que, creo, me sienta bien. Sin embargo, una evidente falta de físico, entrenamiento y, posiblemente, técnica logran que me conforme con un desempeño regular.

Pues bien, continuando con mi relato, luego de ser reemplazado en el partido que sostuvimos ayer frente a desconocidos con polos de Telmex formé parte del comando técnico de mi equipo junto a mis dos mejores amigos y también nos fue mal. Ahora es cuando me pregunto si yo, que gusto tanto del fútbol, tendré alguna manera de sobresalir en él. La respuesta es: sí, en este blog y con el Winning Eleven.

Para los poco entendidos del tema (que asumo no son muchos), el Winning Eleven (Pro Evolution Soccer en Europa), de la empresa japonesa Konami, es el videojuego más popular del deporte más popular. La saga de juegos, que empezó en 1995 incluyendo solamente diez equipos de la liga nipona, ha ido evolucionando hasta llegar a albergar en sus últimas ediciones a los más prestigiosos equipos y selecciones del mundo. Su éxito, al menos para mí, radica en su facilidad de manejo, en las variadas posibilidades de juego y en el asombroso parecido que guarda con el fútbol de carne y hueso en lo que se refiere a características de los jugadores tanto en el físico como en las habilidades. Asimismo la versatilidad de dicho juego logra que el Winning Eleven (o Winning a secas) pueda representar, dependiendo de la ocasión, un motivo de reunión de amigos, una modalidad de apuesta, un desestresante o un deseo personal de superación en el fútbol virtual.


Yo, de azul con rojo, desayunando Winning


Los rituales de juego de Winning son sagrados para sus seguidores; yo personalmente tengo varios tanto con mi hermano, amigos como yo sólo por mi cuenta. Actualmente, me estoy sacando el clavo de mi cojera futbolística real con mi equipo de Liga Master con el que estoy jugando, el Livercool F.C., con el cual he salvado la categoría en la última fecha por dos temporadas seguidas y actualmente es el puntero de la Primera División para la felicidad de sus hinchas, o sea yo; y es que son tales los sentimientos provocados por este juego que es usual identificarte con un equipo ficticio como si fuera uno real o simplemente lograr que ese equipo de mitad de tabla de alguna liga puedas tú sacarlo campeón nacional o mundial. Es así como Perú ha sido campeón mundial muchas veces en mi Play Station; lo siento, no pude negarme a la tentación de ver a la selección, al menos virtualmente, como ganadora pero es que dicha proeza es realmente posible en dicho juego.

El Winning Eleven ha significado mucho en mi vida y en la vida de la gente que conozco desde hace tiempo; me ha hecho reforzar amistades, ganar dinero, perder dinero, perder clases y muchas cosas más. Es por eso que desde acá le doy gracias a Konami por su genialidad al crear este juego. Gracias Winning Eleven. Gracias por los días, tardes, noches y madrugadas de diversión, ira, piconería y felicidad. Gracias por los callos de mis dedos pulgares. Gracias por los gratos momentos con mi familia y amigos. Gracias por darme una visión más total del fútbol. Gracias por hacerme ver, por ratos, que, para este admirador del fútbol, un gol virtual igual es un gol.

Los dejo con un trailer de la última versión del juego, Pro Evolution Soccer 2008. Muchas gracias por leer.


1 comentario:

Manuel dijo...

Recuerdo las épocas en las que la novedad del PS llegó a mi casa..... jajaja yo también hice campeonar a varios equipos que en la realidad ni sueñan con lograrlo.
Saludos Luis